En 1961, los investigadores involucrados en el Framingham Heart Study identificaron el colesterol en suero como uno de los «factores de riesgo» para la enfermedad coronaria. Desde entonces, numerosos estudios epidemiológicos y ensayos clínicos aleatorios han establecido que un nivel elevado de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) es un contribuyente importante a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Como consecuencia, el manejo de los niveles de colesterol en suero se ha convertido en un objetivo central en el esfuerzo por prevenir eventos cardiovasculares. Las terapias utilizadas actualmente con eficacia demostradase dirige principalmente a las lipoproteínas asociadas a la apolipoproteína B reflejadas en los niveles de colesterol LDL, colesterol de lipoproteínas de alta densidad (colesterol no HDL) y triglicéridos.
LINK: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra1806939
Consideraciones adicionales
Las pautas de colesterol de 2018 recomiendan medir los niveles de lípidos cada 4 a 12 semanas después del inicio de una estatina o un ajuste de dosis para evaluar la adherencia del paciente a la prescripción y el grado de reducción en el nivel de colesterol LDL. Posteriormente, la medición periódica de los lípidos (cada 3 a 12 meses) es razonable. Para la mayoría de los pacientes, el ayuno no es necesario antes de la prueba, aunque un perfil lipídico en ayunas puede ser beneficioso en la evaluación de la hiperlipidemia genética, la enfermedad cardiovascular aterosclerótica prematura o la hipertrigliceridemia persistente.